La fiesta de Sant Joan en Menorca es uno de los actos más populares de la pequeña isla balear. A mediados de junio Ciutadella se llena de gente autóctona y de miles de turistas que anhelan fundirse entre la multitud y disfrutar de esta conocida fiesta popular. El caballo es el protagonista principal donde en una plaza repleta de gente los “caixers”, jinetes, cabalgan con sus caballos tras pedir permiso al Caixer Senyor.
Un hecho muy particular es que esta fiesta está presidida por la Junta de Caixers, un grupo de personas que representan a los antiguos estamentos medievales de la isla. Los Caixers, ataviados con un traje denominado “de just” de color blanco y negro, montan caballos normalmente de raza menorquina y forman una larga qualcada (cabalgata) por las calles y plazas más populares de Menorca.
Los Caixers son nombrados durante un bienio. Hay 5 Caixers: el Caixer Senyor, quien preside las fiestas y es escogido entre los miembros de las familias de tradición nobiliaria de la ciudad; el Caixer Capellà, representante del estamento religioso; el Caixer Casat, representando el estamento menestra; el Caixer Fadrí, un cargo que se va alternando, un bienio es menestral y otro es «pagès». Finalmente, dos Caixers Pagesos, que deben ser camperoles de la zona del Caixer Senyor.
Las fiestas de Sant Joan empiezan el sábado antes de San Juan y durante estos días de fiesta se combinan actos religiosos con momentos de fiestas colectivas.
Antes del día des be, la inauguración de la fiesta, se organiza un preámbulo, se trata de “la vetllada des be”, un acontecimiento único preparado para la ocasión. En ella, un cordero, la estrella de este acontecimiento, es velado durante toda la noche. El cuidado de este animal se centra en que quede lo más blanco e impoluto posible para que el día siguiente esté listo para el día des be.
A las 9 en punto de la mañana del domingo antes de Sant Joan y a “toc de fabiol” empieza el día des be, la inauguración oficial de la arraigada fiesta popular. La Junta de caixers sale a la calle con el cordero y se pasea por el centro histórico de Ciutadella y por los edificios más emblemáticos con el motivo de invitar al pueblo y a las diferentes autoridades a las fiestas del 23 y 24 de junio.
A las 8 de la tarde hay una guerra de avellanas en la avenida constitución mientras actúa un grupo musical.
23 de junio, vísperas de Sant Joan, Ciutadella llena a rebosar… Y es que empieza uno de los actos más multitudinarios de las fiestas. A las 2 del mediodía el fabioler, montado en un asno y con un fabiol y un tambor, pide permiso al Caixer Senyor para empezar la fiesta y repliega los caixers para formar la cabalgata.
A las 6 de la tarde empieza el Caragol des Born, uno de los actos más populares de las fiestas de Sant Joan de Ciutadella en que los caballos dan vueltas por la plaza des born a ritmo de la música tocada en directo por una orquesta. El Caragol des Born va seguido de numerosos actos que suelen acabar a altas horas de la noche.
Último día de la fiesta. Igual que el día anterior el “fabioler” pide autorización al Caixer Senyor para que empiece la fiesta, avisa y reúne la cabalgata. Una vez reunidos empiezan los actos.
Uno de los actos más esperados son els jocs des Pla (los juegos de ensortilla) que consiste en acertar con el asta que lleva el jinete al galope una anilla colgada. En el juego de «córrer abraçats» (correr abrazados), participan 2 jinetes que corren al galope un trayecto, y antes de finalizar deben juntar los caballos, darse la mano, abrazarse y besarse. Otro de los juegos más conocidos es el de “ses carotes”, donde también participan dos jinetes, uno al lado de otro. El que lleva la carota, un escudo de madera, esquiva los golpes que el otro le da con una lanza. El objetivo antes que finalice la carrera es romper la carota.
La fiesta termina con unos fuegos artificiales y a grito del Caixer Senyor diciendo “fins l’any que ve, si Déu vol” (hasta el próximo año si Dios quiere).